Para los amantes del vino, una cata puede ser una experiencia única y enriquecedora. Se trata de una oportunidad para degustar diferentes variedades y conocer más sobre su elaboración y características. Pero, ¿cómo sacarle el máximo partido a una cata de vinos? O más bien, ¿cómo saber que el vino que nos da a probar el camarero no está malo? Muchas veces dejamos esa pequeña gran responsabilidad a un amigo, el cual se las da de entendido y nos cuelan vino de añadas anteriores insípidos en boca o planos en nariz como quieren. Y es que son muchos los restaurantes y bares que compran estos vinos en oferta de las grandes marcas, y algunos, dejan mucho que desear. En este artículo, vamos a ofrecer algunas claves para que puedas disfrutar al máximo de los vinos.
Preparación
Lo primero que debes hacer es prepararte para la cata. Esto significa tener en cuenta varios aspectos, como el lugar donde se llevará a cabo, la duración, el número de vinos que se van a probar, entre otros. Si es tu primera vez, es recomendable que empieces por una cata más sencilla y no muy larga, para ir cogiendo práctica y familiarizándote con la dinámica.
También es importante que conozcas un poco más sobre las variedades de vino que se van a catar, o que te están ofreciendo así como sus características principales. De esta manera, podrás apreciar mejor los detalles de cada vino y entender las diferencias entre ellos.
Observación visual
Cuando te sirvan el vino, lo primero que debes hacer es observarlo visualmente. Esto significa examinar su color, brillo y transparencia. Para ello, sostén la copa por el tallo y levántala a la altura de tus ojos, sobre un fondo blanco. Si el vino es tinto, podrás apreciar diferentes tonalidades, que pueden ir desde un rojo claro hasta un granate oscuro. Si se trata de un vino blanco, en cambio, podrás observar tonalidades más amarillentas. A más amarillo, más pasado, salvo los criados en barrica.
La observación visual también puede darte pistas sobre la edad del vino. Por ejemplo, los vinos tintos jóvenes suelen tener un color más violáceo, mientras que los vinos más añejos presentan tonalidades más cercanas al naranja o al marrón.
Olfato
El siguiente paso es oler el vino. Para hacerlo correctamente, acerca tu nariz a la copa y haz una inspiración profunda. De esta manera, podrás apreciar los diferentes aromas del vino, que pueden ser frutales, florales, especiados, entre otros.
El olfato también puede ayudarte a detectar posibles defectos en el vino, como olores a corcho, a humedad o a vinagre. Si detectas alguno de estos aromas, es posible que el vino esté defectuoso.
Gusto
Llega el momento de probar el vino. Para hacerlo correctamente, toma un pequeño sorbo y hazlo circular en tu boca, tratando de apreciar los diferentes sabores y texturas. El primer sorbo te dará una idea general del vino, mientras que los siguientes te permitirán apreciar matices más sutiles.
En el gusto también puedes detectar posibles defectos en el vino, como un sabor avinagrado o un exceso de acidez. Si notas algo extraño en el sabor, es posible que el vino esté en mal estado o que tenga algún defecto.
Comentarios y opiniones
Después de probar cada vino, es importante que compartas tus comentarios y opiniones con el resto de los asistentes. De esta manera, podrás comparar e incluso valorar el vino. Muchas veces el maridaje y el sabor de boca que tengamos de comidas anteriores es fundamental.
Es recomendable que te centres en describir las características del vino, en lugar de emitir juicios de valor. Por ejemplo, puedes comentar sobre su sabor, su aroma, su cuerpo, su acidez, entre otros aspectos. De esta manera, podrás contribuir a enriquecer la experiencia de todos los participantes.
En resumen, para disfrutar al máximo de una cata de vinos es importante prepararte adecuadamente, observar el vino visualmente, olerlo correctamente, probarlo cuidadosamente y compartir tus comentarios y opiniones con el resto de los participantes. Siguiendo estas claves, podrás convertir una cata de vinos en una experiencia única y enriquecedora, y sobre todo, intentar evitar que te den gato por libre a precio de percebe.
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