Algunas teorías sobre los primeros homínidos los sitúan en la antigua Mesopotamia, es decir sureste de Europa y Oriente Próximo. El vino debió surgir en aquellos momentos donde los seres humanos recolectaban frutos y cazaban para sobrevivir. Al principio, eran nómadas y sus costumbres pronto se extendieron por todo el mediterráneo, un lugar ideal para el cultivo de la vid.
Probablemente el vino pudiera nacer por error, fermentándose el zumo de uva al intentar guardar y almacenar los racimos para su posterior consumo, ya que los medios que se podían tener para esto en aquella época eran muy rudimentarios.
El hombre, siempre con ganas de poder y de extender su territorio siempre ha ido acompañado de dos cosas, del vino y de su religión. A continuación vamos a explicar las civilizaciones más importantes y la relación entre los dioses y el vino.
Egipto
Se sabe a ciencia cierta que egipcios en torno a 2000 años antes de Cristo ya producían y bebían vino. Se han encontrado utensilios, inscripciones y vasijas con textos donde explicaban la cosecha, el año e incluso el viticultor, se puede decir que son los primeros en etiquetar los primeros vinos.
En el pueblo de los faraones eran muy pocos los afortunados en poder beber vino y atribuyen al dios Osiris el manejo de la agricultura, y por tanto el vino. Sin embargo, su mujer la diosa Hathor, mucho menos conocida también se le relaciona por ser la diosa de la danza, la música, la embriaguez y la alegría, es decir, todo lo que casi siempre conlleva la relación entre con el vino cuando se consume con moderación.
Grecia
Grecia, formado por una península y un gran archipiélago con cientos de islas mediterráneas, posé un enclave privilegiado para el desarrollo de una de las más avanzadas civilizaciones y por supuesto, una dilatada relación con el vino. Aunque en la famosa Ilíada y Odisea de Homero el vino no jugara un elemento principal, si lo era en la vida cotidiana de los griegos como bien recoge Platón en muchas de sus obras como El Banquete o en La República.
Según la mitología griega, es Dionisio el hijo de Zeus a quién se le asigna los festejos, las celebraciones y también el manejo y cultivo de la vid. Lo cierto es que en la Antigua Grecia se bebía vino de forma cotidiana, desde para celebrar los triunfos del magnífico Alejandro Magno como tras escuchar un discurso de Pericles, el famoso político.
Roma
El imperio romano, que se extendía por toda Europa, se caracterizaba por sus grandes obras arquitectónicas como los acueductos, circos y calzadas, pero también por sus interminables conquistas de los emperadores romanos y sus fieles legiones. El vino en Roma solo lo bebían los ciudadanos romanos, es decir excluían a los esclavos por norma general, al no ser que todos participaran en alguna de sus famosas fiestas. En la mitología romana, Baco hijo de Júpiter es el dios del vino y de la viticultura en general. A las fiestas descontroladas donde había libres relaciones y se le rendía culto se conocen como Bacanales.
La religión Cristiana y el vino han tenido siempre una estrecha relación. Sus alusiones escritas más antiguas conocidas pertenecen al Antiguo Testamento citadas en más de 200 veces como en la siguiente frase del Génesis «Noé comenzó a labrar la tierra, y plantó una viña; bebió el vino y se embriagó». En la Biblia habla también de algunos milagros de Jesús, como el famoso pasaje donde convierte el agua en vino.
Desgraciadamente, han sido muchas las guerras que han tenido lugar en nombre de Dios , y con este pretexto y sus conquistas, el consumo se ha ido popularizando, tanto en fiestas paganas como religiosas,por ejemplo al celebrar la eucaristía de bodas, comuniones… etc.

En la imagen se ve una representación de Jesús convirtiendo el agua en vino
Con la conquista de las Nuevas Indias por Colón, y los Reyes Católicos, los hábitos de los españoles y portugueses se extendieron por todo el continente americano, especialmente a países como Chile y Argentina, grandes productores de vino en la actualidad.
En otras religiones como la musulmana y la judía no se bebe alcohol ya que evitan algunos alimentos fermentados. Sin embargo beben productos derivados de uva que cuentan con sus propias certificaciones de calidad como la Kosher judía, en la que son ellos mismos quien deben producir íntegramente el producto; o la Halal musulmana, elaborada siguiendo unos parámetros especiales y sin utilizar determinados productos auxiliares.
Se puede concluir que el vino y su consumo es paralelo al desarrollo de la humanidad y de las religiones. El vino, por suerte o por desgracia, siempre ha estado presente en muchos de los acontecimientos más importantes de la historia como en eventos deportivos, políticos o militares, o incluso en la llegada del hombre a la luna, y es que son muchísimas las fiestas que se celebran teniendo al vino como protagonista, pero esto, será analizado en otro post.
Fuentes consultadas:
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