Sin entrar en valoraciones ideológicas, son muchos los políticos que, o bien por su liderazgo o bien por el régimen que tienen establecido, están acostumbrados a hacer realmente los que le da la gana. Sin embargo, con el vino, no debe pasar esto.
Y es que el vino, es una de las bebidas alcohólicas más reguladas del mundo ya que su producción, venta y distribución afecta a cientos de países, como por ejemplo, los países mediterráneos como Francia, España e Italia.
La noticia surge cuando una ley rusa obliga a rectificar tanto la etiqueta como la distinción de champagne a todos los vinos que anteriormente la tenían, favoreciendo el vino espumoso o gasificado de la región shampanskoye en Crimea, que Rusia anexó como suya en 2014 tras una disputa político-militar con Ucrania.
Pero, ¿Qué es el champagne?
Champagne es un tipo de vino que procede de la región a de la champaña en exclusiva, es decir,si no es producida en dicha región, aunque se siga el mismo método de elaboración, no se consideraría champagne. La elaboración de este tipo de vino, se realiza una primera fermentación, generalmente en depósitos y una segunda, normalmente en botella, con un tapón provisional y por efecto de las levaduras. De este modo, se consigue un carbónico natural. Se sobreentiende que, al tener mucho más trabajo que un vino convencional, es un producto caro. Además, el champagne está desarrollado por grandes marcas que invierten en diseño, desarrollo y marketing millones de euros. Esto afecta también a los controles de calidad que se realizan, antes, durante y y posteriormente a la producción, con una gestión efectiva de la trazabilidad.
La diferencia entre el champagne y el cava
La diferencia principal se da en las regiones, el cava es un vino con una Denominación de Origen propia, principalmente en Cataluña aunque hay algunas zonas más que se adhirieron en su día y por tanto pueden comercializar el vino según las normas que marca esa DO. Se puede afirmar de forma rápida que el cava es el champagne español, ya que siempre han intentado seguir la estela que marca la región francesa, también en sus métodos de elaboración. Si quieres conocer la importancia de las Denominaciones de Origen puedes leer este post.
¿Qué son los vinos espumosos?
Los vinos espumosos es una categoría general donde se agrupan todos los demás vinos de similares características, es decir, con 2 fermentaciones y embotellados en cualquier región del mundo. Los controles de trazabilidad, cantidad, y calidad suelen ser menos rigurosos aunque puede haber auténticas joyas que nos pueden sorprender. ¿Conoces alguna? Nos encantaría leer en comentarios los mejores vinos espumosos que hayas probado. En próximos post, taambién hablaremos de los vinos espumosos italianos como el frizzante y el prosecco.
¿Y los vinos gasificados?
Los vinos gasificados son vinos que solo realizan una fermentación, pudiendo ser vinos de mesa o vinos jóvenes del año, aportando a estos unas burbujas añadidas. Se consiguen añadiendo sobre esta base de vino carbónico, al igual que sucede con las gaseosas , lo que puede generar que te encuentres más pesado al beberlos. Suelen ser más baratos, con una burbuja menos persistente y más irregulares, perdiéndose la burbuja al tiempo.
La marca genérica
Entre tanta terminología, merece la pena guardar unas líneas para explicar la importancia de la marca genérica, en este caso más que una marca es un tipo de producto. Se dice que quien golpea primero golpea dos veces. Esta máxima se puede aplicar en este caso, el champagne es uno de los primeros vinos con burbujas comercializados, y el consumidor inexperto, puede pedir un champagne cuando en realidad quiere cualquier tipo de vino espumoso. Esto puede ser positivo y negativo, pues seguramente hay algunos vinos espumosos o cavas con mejor calidad que algún champagne.
En definitiva, la decisión que ha tomado Rusia puede suponer pérdidas por millones de euros a la industria vinícola francesa y lo que es más importante, confundir al consumidor. Esperemos que los ciudadanos rusos, grandes amantes del lujo y de los productos exclusivos, no renuncien a conocer las diferencias de un producto y otro.
A vuestra elección queda beber lo que queráis, pero por lo menos que no nos den shampanskoye por champagne.
Comentarios